La conciencia social y ambiental en el actual contexto mundial, es indispensable para enfrentar desafíos políticos, en este sentido, plantearse con objetividad y con una respuesta clara y concreta del “cómo” y a “dónde” deseamos transitar como sociedad es un imperativo ético de quienes nos interesa incidir en la resolución de problemas de carácter público.
Las sociedades modernas, han resuelto en parte, – falta por avanzar, – las necesidades básicas de sus connacionales, me refiero a países como; Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca e Islandia (Modelo Nórdico), que durante algunos años han implementado con acuerdos políticos transversales lo que se conoce como Estados de Bienestar, que se trata de un modelo en donde el Estado incide estructuralmente en Educación, Salud, Vivienda, Seguridad Social, etc. lo que no significa en lenguaje liberal clásico la estatización de los derechos sociales, sino que abre la puerta a una mirada que se sostiene en base a la solidaridad de los miembros de los Estados, con aporte y garantía estatal. Este sistema no seria posible sin la singular visión de los empresarios de estos países, quienes también asumen con conciencia social, la necesidad sistémica de sus aportes, mediante la carga impositiva, lo que dista mucho de los empresarios cuyo fin es acumular riqueza sin límite, ignorando que las sociedades son más justas, empáticas y solidarias cuando todos aportamos en base a lo que tenemos y generamos.
En simple, creo que el liberalismo igualitario o liberalismo democrático no es un sistema perfecto, pero es lo que ha funcionado en pro de las mayorías, consiguiendo en términos facticos respuestas concretas a las múltiples necesidades de las sociedades.
